Ten cuidado.
En mi cueva habitan murciélagos, osos y lobos; el miedo, la envidia y el egoísmo. Además del gnomo que siempre miente y el que a veces dice la verdad.
Cuando te acercas y hablas me ayudas a calmarlos. Y aunque desde afuera es difícil de saber; no significa que nunca me debes creer. Sólo habla fuerte y claro, y pon mucha atención.
¿Cómo estar seguros?
Cuando lo que escuches, sea el eco de tus propios pensamientos.
jueves, 21 de julio de 2011
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